jueves, 28 de julio de 2011

CENIZAS DEL AVE FENIX

Mi nombre es Ariana, aun no comprendo bien la situación, no entiendo que es lo que sucede, que son esos ruidos, por que tanta luz, donde me encuentro?.


Solo recuerdo su rostro, recuerdo el día en que nos conocimos, aquella tarde del 14 de febrero, el día de los enamorados.


"Leandro es mi nombre", me dijo en la cola del banco, "me gustaría que salgamos alguna vez". Me fascinaron sus ojos, y por supuesto accedí.


Recuerdo esa primera cita como si hubiese sido ayer; nos encontramos en un restaurante a cenar, muy lindo y delicado y fue allí donde creo que me enamore. Caballero de esos que ya no hay, corría la silla para que me siente, servia el vino para ambos y no me permitió pagar mi parte de la cuenta, lo cual no me hubiese molestado por que soy una mujer independiente, pero eso demuestra lo caballero que es.


Nuestra relación comenzó muy bien, parecíamos el uno para el otro, muy pasionales en todo lo que a la vida respecta, él un policía, de la federal, una persona con mucha autoridad, y yo kinesióloga de vocación, independiente, trabajando en el área de rehabilitación neurológica. Me encanta mi trabajo, y a el se nota que le apasiona el suyo. Cuando salíamos no hacíamos otra cosa mas que hablar de nuestros trabajos, de nuestro futuro, y por fin creí que encontraba al hombre de mi vida, ese con el cual tener hijos, casarme y vivir por siempre felices como en los cuentos de hadas.


Teníamos el mismo humor, yo me caracterizo por mi humor acido y hasta morboso a veces, y el se reía de mis ocurrencias, lo cual no es común, ya que me resultaba mas común que la gente me mirara con cara rara, sin comprender muy bien de lo que hablaba, pero según tengo entendido hay que tomarse las cosas malas con humor por que alarga la vida, y ese es el secreto de la juventud.


Recuerdo perfectamente y con lujo de detalles la noche en que me propuso que fuera su esposa. Había preparado una cena romántica a la luz de las velas, esas que a las mujeres nos encantan, a la orilla del mar, estábamos solos los dos, velas, arena, champagne, una cena exquisita de salmón rosado, una preciosa orquídea en el centro de la mesa, y pétalos de rosas sobre el suelo daban una imagen perfecta de serenidad. Luego de la cena, junto con el champagne vino la propuesta, me dijo, "quiero que seas la mujer de mi vida, solo con vos me imagino con hijos y nietos en mi futuro, te amo y quiero que seas mía por el resto de mi vida". Y con lagrimas en los ojos, acepte su propuesta, me sentí la mujer mas feliz del mundo, en el lugar perfecto con el hombre perfecto, demasiado perfecto era todo en mi vida, y agradecí al cielo por tanta felicidad.


Algo preocupaba a Leandro y no sabia que era, comencé a notar que estaba mas serio que de costumbre y decidí tomar cartas en el asunto y preguntarle, me daba evasivas, todo el tiempo, me decía que eran problemas en el trabajo, pero yo sabia que había algo mas.


En nuestra casa cuando apenas nos casamos todo era color de rosa, nuestra vida no podía ser mejor, y nos llevábamos muy bien. Pero ya paso un año de eso y el comenzó a cambiar, no puedo comprender que es lo que lo tiene tan aturdido, tan vacilante.


Mis amigas me dicen que estoy demasiado encerrada, que desde que conocí a Leandro no salí mas con ellas, pero lo que pasa es que en realidad Leandro es muy celoso y no quiero darle motivos para desconfiar de mi, no necesito mas nada en mi vida que el y mi trabajo.


Últimamente lo veo como si no estuviera aquí, pienso que su trabajo debe ser estresante, y el me dice que esta todo bien, que no pasa nada, pero su mente esta vagando por otros lugares.


Esta ganando muy bien así que tema de dinero no es, si hasta me propuso que deje mi trabajo y me quede en casa, que con su dinero alcanza para los dos, lo cual estuve pensando bastante, ya que pienso en tener hijos, y no quiero ser una madre ausente.


Me harte de preguntarle que le pasaba y tome cartas en el asunto, me dedique todo un día a averiguar que le pasaba, lo observe casi como si fuera una detective. Lo escuche desaforado al teléfono, hablaba enojado y por lo que pude escuchar parecía que alguien lo estaba chantajeando, pero no pude comprender de que se trataba, solo se le oyo decir "a mi no me amenazas, vos no sabes quien soy" y después colgó.


Iba y venia sin parar como desaforado, y me dijo "salgo y después vuelvo". Pero no me dijo donde iba así que lo seguí, no soy de hacer esas cosas, pero tuve que hacerlo, por que la incertidumbre era mas fuerte que todo.


Tomo su auto y salio, detras de el salí yo, lo seguí, y paro en un bar a 10 minutos de nuestra casa, entro y permaneció allí por dos horas. Luego salio y se fue en auto a tanta velocidad que no pude seguirlo; a nuestra casa regreso a las 4 horas y no me dijo nada, solo se encerró en el escritorio con la computadora y me dijo que no lo molestara.


No se bien que hacer ante situaciones como esta, nunca nuestro matrimonio estuvo tan mal, y me parecía que si no hablaba con el nunca íbamos a estar mejor, así que entré al escritorio y le dije "tenemos que hablar", el hedor a alcohol en la habitación era demasiado, me di cuenta que en el bar habría bebido, lo cual no es común en el ya que nunca toma ni un vaso de vino en las comidas.


Se levanta como desorbitado y grita que me habia pedido que no lo molestara, y yo le conteste que no soportaba esta situación de no saber que le pasaba, que hasta llegue a pensar que tendría otra mujer, y eso parece que fue lo peor que pude haberle dicho, se levanto como una furia, y me tomo del brazo, y empezamos a forcejear, vociferaba palabras que no alcanzaba a comprender, me decia que el jamás me engañaría, que últimamente no me comportaba como una mujer decente, y que si pensaba que el me engañaba, era por que yo tendría un amante; y cada vez me apretaba mas fuerte el brazo, y yo no lograba hacer otra cosa mas que llorar, y lloraba, y no podía contestarle por que tenia miedo. Cuando se dio cuenta que no le contestaba y lloraba sin parar, me soltó y salio pegando un portazo y se fue de la casa. No volvió sino hasta el día siguiente.


Llego con un ramo de flores, y me pidió perdón de rodillas, lloraba, me pareció tan terrible ver llorar a Leandro, que es un hombre tan fuerte, pero ahí estaba pidiéndome perdón por haberme maltratado y que fue un momento de locura, que nunca me haría daño, que me amaba, y no entendía por que había reaccionado de esa manera, que los problemas en el trabajo lo tenían muy mal, pero que no los llevaría mas nuestra casa, lo vi realmente compungido así que lo perdone, y desde ese día estuvo todo mucho mejor, parecíamos recién casados.


Fue para el cumpleaños de mi hermana cuando Leandro enloqueció. Estábamos charlando con un compañero de la secundaria y nos divertíamos de lo lindo. Leandro bailaba con mi hermana y con todas las chicas del lugar, siempre le divirtió el papel de galán de la noche, y a mi no me molestaba por que sabia que seria incapaz de engañarme.


Esa noche cuando volvíamos a casa comenzó a recriminarme por haber estado charlando toda la noche con otro hombre, me preguntaba quien era, me decía que así no se comporta su mujer, que parecía una prostituta tratando de seducir a un hombre y que no lo respetaba, yo no comprendía por que me decía estas cosas, si había sido muy inocente la charla con mi compañero, por lo cual le dije que el había estado bailando con todas las mujeres de la fiesta y yo no le recrimine absolutamente nada.


Llegamos a nuestra casa y entramos discutiendo, me llamo de muchas maneras pero la que mas me dolió fue cuando me dijo perra estéril, fue terrible ya que hacia varios meses estábamos intentando tener hijos y no lo lográbamos y eso me tenia bastante deprimida, y el sabia que decirme para que realmente me doliera, lo sentí como una cachetada. Entonces le dije que quería que se fuera de mi casa, que no quería volver a verlo, y el me tomo del pelo y me dio la cabeza contra la pared, y caí al piso. No entendía nada ya desde ahí. Luego recuerdo al otro día despertar en mi cama y la habitación llena de flores. El entraba en con el desayuno para llevármelo a la cama, y yo sentía un dolor de cabeza impresionante.


Rompió en llanto y pidiéndome perdón, decía que el miedo a perderme sumado a lo que había tomado esa noche en la fiesta, le hicieron perder el control, que no es de tomar alcohol y había tomado demasiado, lo cual es cierto por que lo observe bebiendo toda la noche, y que no sabia por que me había golpeado. Me prometió que iba a pedir ayuda psicológica, que iba a hacer un tratamiento, que no lo dejara solo por que el sabia que estaba enfermo, y me conmovió, y volví a perdonarlo.


Seguimos con nuestra vida casi de la misma manera, aunque dentro de mi corazón algo había muerto, pero aun no sabia que era, estaba encerrada en nuestra casa casi todo, deje mi trabajo por que seguíamos intentando tener hijos y yo no quedaba embarazada.


Leandro seguía igual con su trabajo, y recibiendo llamados constantemente, por lo cual me decidí a seguirlo nuevamente. Luego de uno de esos llamados tomo la llave del auto como un loco y salio corriendo, y yo salí detrás de el. Estuvimos conduciendo alrededor de 40 minutos cuando detuvo el auto en una casa. Salio de allí una mujer embarazada de unos 20 años aproximadamente, y el comenzó a gritarle en la calle, luego entro a la casa y de ahí en mas no supe que sucedió allí dentro.


Salio de la casa desmarañado y se metió en el auto y salio a toda velocidad, pero yo me quede allí, sentada en el auto por 30 minutos; hasta que me decidí a bajar y averiguar que sucedía. Golpee varias veces en la casa de esta chica, y luego de 20 minutos de esperar me atendió. Tenia un ojo morado y se notaba que estaba llorando, le pregunte que le pasaba y si necesitaba ayuda y me respondió que no, que solo le había golpeado en la cara, que el bebe estaba bien.


Ahí comprendí todo, y nos quedamos hablando un largo rato, me conto que Leandro había estado con ella y que el embarazo era fruto de ese romance, que hace tiempo ella lo llamaba pidiéndole que se haga cargo de su hijo y el no quería, que ella no sabia que era casado cuando lo conoció y que esta era la ultima vez q le iba a hablar, porque no quería saber mas nada con el por su bebe, que temía por la vida de él.


Abrumada salí de esa casa y fui a la casa de mis padres, llorando entre en mi antigua habitación y no salí de allí hasta el otro día. Leandro había llamado preguntando por mi, y mis padres no le dijeron nada, por que yo se los había pedido.


Leandro volvió a llamar a casa y ahí fue cuando le dije que no queria verlo nunca mas, que no quería estar cerca de el, que sabia toda la verdad.


El me decía que era mentira, que el había estado solo una vez con esa chica, y que era una prostituta que le quería endosar un hijo, como si se tratara de un paquete, que me había engañado una sola vez, y por eso era el cambio de actitud, por el remordimiento que sentía, por que sentía que él no me merecía, que me amaba y no se cuantas cosas mas por que ya no escuchaba, estaba como aturdida, solo le dije que me deje sola, que no me busque mas.


Pasaron dos semanas más y descubrí que tenia un atraso en mi periodo. Compre un test de embarazo y me lo hice, y dio positivo. Toda la felicidad de ese momento se vio opacada por que el padre de mi futuro hijo era Leandro, por que no sabia como perdonarlo para que mi hijo también tuviera un padre. Por lo cual decidí llamarlo para hablar y ver que era lo mejor para hacer.


Le dije de encontrarnos en nuestra casa, también por que quería traer mis cosas a la casa de mis padres ya que allí estaba toda mi ropa y demás cosas.


Cuando llegue el estaba todo desaliñado, se notaba que hacia semanas que no se afeitaba, y me abrazo y comenzó a llorar.


A esta altura ya no le creía nada, me pidió perdón de rodillas, me dijo que me amaba, que no podía vivir sin mi, que cometió el peor error de su vida, que necesitaba mi perdón.


Yo le conteste que lo había perdonado, pero que era tan grande la herida de mi corazón, que ya no podíamos estar juntos, que me había hecho mucho daño, que no podía estar con una persona que no me respetara, y le conté que estaba embarazada.


Y su rostro se transformo, y comenzó a decirme cosas horribles, que el bastardo que esperaba no era su hijo, textualmente sus palabras, me preguntaba con quien me había acostado, que era una prostituta y muchas atrocidades mas. Y me tomo del cabello y me tiro al piso. Me puse a llorar y estaba en posición fetal mientras el me daba patadas y mas patadas, y seguía diciéndome cosas que ya no alcanzaba a oír.


Ahora entiendo donde me encuentro hoy, cuando veo entrar al doctor a la habitación. Estoy en un hospital, esta vez se le fue la mano, y lo voy a denunciar, esto es demasiado, y no quiero que mi hijo tenga cerca un padre violento y que pueda hacerle daño, ya no me interesa si lo sacan de la fuerza policial, solo quiero que esto se termine.


El medico no tiene buena cara, me mira con lastima, toma mi historia y empieza a leer, quiero hablarle pero no puedo, tengo un tubo en mi garganta, estoy con un respirador. Escucho que le dice a la enfermera, ya es hora de sacarle el tubo endotraqueal ya que esta respirando por si misma.


En mi mente escucho resonar tubo endotraqueal, respirando por si misma, y me doy cuenta que entonces es mas grave de lo que yo pensaba, y mi hijo, se habrá salvado de semejante golpiza?.


Por fin el medico se acerca y me llama por mi nombre, me dice Ariana estas en el hospital, si me comprendes cierra los ojos. Y así lo hice; a lo cual me dice, bueno, recuerdas lo que te paso?, y vuelvo a cerrar los ojos; entonces el medico me dice que cuando me encontraron , tenia un golpe fuerte en la cabeza y en varias partes de mi cuerpo, tenia una fractura en la pierna izquierda la cual fue a cirugía y estaba enyesada en este momento. También me contó que el golpe en mi cabeza había provocado hemorragias internas y que tenían que evaluar si quedarían o no secuelas físicas, y la peor noticia que no quería que me dijeran, aunque dentro mío sabia que escucharía era que por la cantidad de golpes que tuve, había sufrido un aborto.


Mi vida dio un giro, y mi corazón se oscureció.


Sentí que ya nada tenia sentido. Salí del hospital a los 2 meses de su terrible golpiza, dos secuelas tenia; una en mi forma de caminar producto de la hemorragia en mi cabeza, la cual llevaría rehabilitación, y otra en mi alma producto del dolor de la perdida de mi hijo, la cual es insanable.


Ya pasaron 6 meses desde que salí del hospital y desde hace 1 mes aproximadamente comencé a trabajar en el centro de atención para mujeres victimas de violencia doméstica, decidí hacer de esta terrible experiencia algo positivo; recibo cientos de llamadas y cada una me recuerda a mi, pero veo en cada mujer a alguien muy valiente, por que hay que ser valiente para denunciar a la persona que uno ama.


Hoy mi ex marido se encuentra en prisión, y a pesar de que muchos hombres que deberían estarlo también, hoy no lo están, su caso parece ser mas grave por pertenecer a la fuerza policial.


Alrededor de 50 mujeres son asesinadas por año por sus parejas o maridos, mas o menos según el país, y no fui una de ellas, pero si llevo conmigo las secuelas físicas y psicológicas y lo que es seguro algo en mi murió.


Hoy estoy en la lucha por que la violencia de genero es algo que existe, por que hay muchas mujeres que temen pedir ayuda; por que existe la violencia psíquica también. Por que hoy en día las mujeres debemos decir basta, por que el primer golpe es el comienzo, y como este vendrán muchos mas.


Hoy me siento como el ave fénix, resurgiendo de las cenizas para dar mi mejor canto, el de batalla contra la violencia hacia la mujer. Hoy he vuelto a nacer.

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